Es ya sabido que la actividad humana está calentando el planeta, provocando fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos y transformando los ecosistemas a un ritmo extraordinario.
Pero las temperaturas récord de 2023 han alarmado a los científicos ya que los datos registrados no se ajustan a los parámetros conocidos y apuntan a nuevos procesos “misteriosos”, dijo a la AFP el principal climatólogo de la NASA, Gavin Schmidt.
Lo siguiente son extractos de una entrevista con Schmidt:
– ¿Puede poner en perspectiva lo que se ha visto en 2023? –
-No fue sólo un récord. Fue un récord que superó el anterior por un margen nunca visto. Comenzamos con La Niña, fenómeno que se da en el Pacífico tropical. Estuvo hasta marzo. Y luego, en mayo, comenzamos a ver el desarrollo de El Niño, la fase cálida de ese ciclo, que normalmente afecta las temperaturas del año siguiente, lo que nos lleva a 2024.
Pero lo que vimos en 2023 fue que las temperaturas a nivel mundial parecieron aumentar, con el evento de El Niño, de una manera mucho mayor de lo que jamás habíamos observado. Las tendencias a largo plazo las comprendemos: están siendo impulsadas por los gases de efecto invernadero, por los efectos antropogénicos. Prevemos que continuarán, década tras década, hasta que dejemos de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo cual aún no hemos hecho. Pero lo que pasó en 2023 fue eso, y luego algo más. Y ese “algo más” es mucho mayor de lo que preveíamos, o de lo que podemos explicar por el momento.
– ¿Cuáles son las hipótesis para explicar ese “algo más”? –
Ha habido correos electrónicos y conversaciones en todo el mundo entre científicos. Algunos dicen: “Veamos los desequilibrios energéticos de la Tierra, miremos los aerosoles, miremos El Niño, miremos lo que sucede en la Antártida, el Atlántico Norte”. Todos tienen muchas ideas, pero las cuentas no cierran (…)
Quizás El Niño sea suficiente (para explicar el récord; ndlr), pero si observamos todos los episodios anteriores de El Niño, ninguno ha provocado esto. Entonces, o éste es muy especial o la atmósfera reacciona de manera muy diferente. O algo más está pasando. (…)
La tendencia a largo plazo sigue estando en línea con lo que venimos prediciendo desde hace años. Pero los detalles de lo que sucedió en 2023 son un poco misteriosos. Por eso esperamos con gran interés los datos futuros, porque tal vez nos ayuden a comprender lo que ocurrió el año pasado. Pero también intentamos analizar el año pasado reuniendo todas las observaciones y modelos. Realmente no lo hemos hecho todavía y creo que ello sucederá en los próximos meses.
– ¿Qué debemos prever para 2024? –
-Es importante comprender por qué 2023 transcurrió de la manera en que lo hizo. ¿Significa que seguirá siendo así? ¿Significa que las consecuencias empezarán a acelerarse? ¡No se sabe! Y eso es problemático.
(…) Nos pone más nerviosos, porque ya no es sólo que las cosas vayan a empeorar como era de esperar. Hay otras cosas impredecibles y es desconcertante. Y creo que eso es motivo de preocupación en términos más amplios.
El año 2023 no se ajustó a los viejos parámetros. Si los parámetros anteriores vuelven, y 2023 fue solo un problema pasajero, entonces 2024 estará muy cerca de 2023. Si no fue un problema pasajero, si hay algo sistemático que ha cambiado o lo está haciendo, entonces podemos esperar un 2024 aún más cálido. (…) Y eso tendrá implicaciones en el clima: olas de calor, lluvias torrenciales, inundaciones costeras y todo lo demás.