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Sídney.- El Parlamento del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney y es el más poblado de Australia, aprobó este viernes una ley para prohibir las llamadas terapias de conversión de homosexuales, que contempla penas de cárcel, y sigue así los pasos de Victoria y la capital australiana.
«Las prácticas de conversión no tienen cabida en Nueva Gales del Sur, así que las prohibimos», subrayó hoy el jefe del gobierno estatal, el laborista Chris Minns, en su cuenta X, al celebrar la aprobación de la ley en la Cámara Alta por 22 votos a favor y cuatro en contra.
En virtud de esta ley se tipificará como delito en Nueva Gales del Sur, que acoge anualmente en Sídney el famoso desfile Mardi Gras del colectivo LGTBIQ+- las prácticas dirigidas a cambiar o suprimir la orientación sexual o la identidad de género de las personas.
También se considerará un delito el trasladar a una persona fuera de Nueva Gales del Sur para forzarla a someterse a este «tratamiento» de conversión de la orientación sexual.
En virtud de esta ley contra estas prácticas, que abarcan los rituales religiosos como exorcismos, así como «tratamientos» psiquiátricos o psicológicos y tácticas de aversión para que una persona cambie su orientación sexual, se aplicará una pena máxima de cinco años de prisión para aquellos que la contravengan.
«Esta ley salvará a innumerables personas de toda una vida de dolor y, en algunos casos, salvará vidas», subrayó en un comunicado la directora ejecutiva de la ong Equality Australia, Anna Brown.
«La nueva ley no pretende prohibir las enseñanzas de un líder religioso o la expresión de una creencia religiosa a través del sermón», explicó hoy en un comunicado el fiscal general de Nueva Gales del Sur, Michael Daley, en un comunicado al insistir en el diálogo por encima de la coerción ilegal.
Con la prohibición de las llamadas terapias de conversión sexual, Nueva Gales del Sur le sigue los pasos a Victoria, el segundo estado más poblado de Australia, el Territorio de la Capital Australiana (ACT, siglas en inglés), que abarca a Camberra, así como al vecino país dey Nueva Zelanda.
Además, los estados australianos de Tasmania y Australia Meridional están estudiando reformas, mientras que Queensland, el tercer más poblado del país oceánico, prohíbe las prácticas de conversión en centros sanitarios, según Equality Australia.
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