La estabilidad democrática de la que goza la República Dominicana ha sido clave para que el país alcance logros económicos significativos.
La confianza generada por su entorno político ha sido fundamental para atraer inversiones extranjeras, que alcanzaron un récord de 4,300 millones de dólares en 2023, luego de seguir una tendencia de ascenso desde años anteriores.
La República Dominicana también ha aprovechado su estabilidad democrática para acceder a los mercados financieros internacionales mediante la emisión de bonos soberanos. Estos instrumentos de deuda son una muestra de la confianza que los inversionistas tienen en la solidez económica y política de la nación.
Durante décadas, el país -con pequeñas excepciones como la del pasado año- ha crecido a niveles superiores al promedio de la región, con tasas cercanas al 5% y ha tenido un positivo comportamiento en sectores como el turismo y la inversión extranjera directa (IED), entre otros.
Los ingresos de divisas –sumados a otros que vienen desde otros lados- favorecieron la estabilidad relativa del tipo de cambio que se observó al cierre del pasado año, con una depreciación de la moneda nacional de 3.2 % con respecto al cierre de 2022, por debajo del promedio de depreciación de los últimos años previos a la pandemia.
El año pasado República Dominicana recibió 10 millones de visitantes a través de un turismo que aportó US$10,000 millones en divisas a la economía. Para que haya fluidez en cada uno de estos temas o sectores, es decir, para que el país pueda colocar bonos soberanos en el exterior (incluido que lo haga con buenas tasas), y para recibir inversión extranjera y turistas de otras naciones, el factor confianza y garantía es determinante. Y en el caso dominicano, esa confianza ha estado sustentada, fundamentalmente, en la estabilidad política.
Cuando un inversionista decide colocar sus capitales en un sector y en un país, difícilmente se arriesga a hacerlo en un lugar donde no haya garantías fuertes. No se irá a un lugar donde se tiene un gobierno y a las dos semanas hay un golpe de Estado o una destitución por cualquier tema.
República Dominicana ha dado muestras de madurez política, con un liderazgo que se maneja con altura y que en temas cruciales para la nación es capaz de encontrarse “en la misma fila”.
Cuando se tiene un proceso electoral sin traumas y distinto a épocas pasadas, y se logra que una vez finalizada la jornada se puedan ofrecer los resultados y los ganadores, eso envía una señal a nivel internacional y da tranquilidad a los inversores que están mirando a República Dominicana con fines de negocios.
Las recién finalizadas elecciones presidenciales y congresuales del domingo 19 de mayo, y las anteriores de febrero (municipales) son muestras de ello.
En términos concretos, es un atractivo para los inversionistas de áreas como el turismo, energía, comercio/industria e inmobiliario, los cuales captaron el 67.69 por ciento de los ingresos del ramo IED en los últimos catorce años.
Cuando se revisa el comportamiento de los países suplidores de inversión en República Dominicana, Estados Unidos lidera el listado en los últimos seis años, a partir del 2018.
En el 2017 había sido relegado al segundo lugar por Brasil, que ese año suplió la mayor cifra por país, US$998.8 millones. Estados Unidos suplió US$732.1 millones. Canadá aportó US$473.4 millones y España US$205.5 millones.
Las inversiones de EE.UU. en República Dominicana recuperaron el primer lugar en el ranking desde el 2018, año cuando reportaron US$708.8 millones, para subir a US$937.2 millones en el 2019, y caer a US$730.2 millones en el 2020, el año de la pandemia del covid-19.
Para el 2021 la IED procedente de Estados Unidos, el mayor del bloque de América del Norte, se recuperó y subió a US$1,410 millones, al aumentar a US$1,552.8 millones en el 2022 y al cerrar el 2023 con US$1,328.5 millones.
En el 2010 había liderado el flujo de IED al país, con US$1,054.5 millones, pero cayó a menos de la mitad en el 2011, con un monto de US$498.9 millones.
Ese año Canadá encabezó el listado de los mayores suplidores de IED a esta nación, con US$1,125.5 millones, que representaron 49.43 % de los flujos totales ingresados al país ese año, unos US$2,276.7 millones, según estadísticas del BCRD.
Referencias de estudios
El informe “El Impacto de la Democracia en el Desarrollo Social y Económico” de Jason Luo, Senior Data Analyst, de la Universidad de Duke, aborda la correlación entre la forma de gobierno de un país y su crecimiento económico, inversión extranjera y estabilidad económica. Luo destaca que existe una correlación indiscutible entre la forma de gobierno y el crecimiento socioeconómico. Según el estudio, los países altamente democráticos están fuertemente correlacionados con economías sólidas y progresistas.
El informe sugiere que la estabilidad política tiene un mayor impacto en el crecimiento económico que la democratización, y que las democracias pueden tener techos socioeconómicos más altos, pero la estabilidad política es fundamental para el crecimiento sostenido. En resumen, el estudio resalta la importancia de un sistema político estable para la economía de un país y sugiere que la estabilidad política puede ser más beneficiosa que la democratización en términos de crecimiento económico y desarrollo.