“Las personas que más he ayudado en mi vida son los que en el momento más importante me traicionaron y han metido en esta acusación para salvarse. Esto es muy duro pero es la verdad. Es duro entender que la vida no se compone solo de rosas sino también de espinas”.
Las palabras son de Jean Alain Rodríguez, ex procurador general de la República, quien se habló hoy por última vez en el juicio preliminar que se le sigue dentro del caso de presunta corrupción denominado Medusa.
Rodríguez dijo que luego de su arresto vivó la traición del amigo que más había querido, el que más había ayudado, en referencia a Rafael Canó Saco, quien fuera su jefe de gabinete y que cuando estalló el escándalo se fue a España, donde permanece y desde donde hizo un acuerdo con el actual Ministerio Público.
“A iniciativa de él se sumaron otros de gran afecto y de más de 40 años de amistad. A mí me enseñaron a no traicionar a quien me abrió las puertas de su casa, a quien me invitó a sentarme con su familia, a quien te dio de comer a ti y a tu familia”, dijo Rodríguez, visiblemente afectado.
Rodríguez dijo que tener temor a ser arrestado era comprensible pero que escapar y esconderte está mal. “Y sé que no todos soportan una persecución o prisión: lo sé, lo entiendo, pero ser mentiroso, traidor y malagradecido es otra cosa y eso nunca lo seré yo. Los hombres pueden caer pero los principios no”, dijo.
Ya en referencia al Ministerio Público les dijo que si el objetivo era causar daño lo habían logrado.
Dijo que en el proceso había perdido a su abuela, a su hermano que murió de cáncer, su padrastro que murió tras un infarto y su papá biológico quien enfermó y fue llevado a una clínica… “donde me vio por televisión esposado y con casco. Luego de eso murió también”.
“He tenido que operarme 5 veces los ojos. Tengo 3 piedras en los riñones y aun así no he faltado a ninguna de las más de 100 audiencias”, dijo.