Entre los 50 peloteros en ascender a Grandes Ligas bajo la firma de Eddy Toledo, Nelson Cruz ocupa un lugar especial, pues no figuraba en la lista de nóveles a ser observados, pero de lejos lo alcanzó a ver en los jardines y la experiencia logradas en años le dijo que éste sería pelotero.
No querían ni enseñárselo, no exhibió nada con el bate, ni el guante, pero Toledo tenía en su conciencia que en algún momento se convertiría en un buen pelotero. Y aunque a largo plazo el tiempo le dio la razón.
Para entonces ya un scout establecido con los Mets, había ido a observar a dos primos de Tony Batista, en Cruz vio a un Bernie Williams en ciernes, pero esa mañana ni siquiera le topó a la pelota, no atrapaba bien, mucho menos corría.
En la tarde, Toledo le dijo que quería verlo al día siguiente pero a Cruz en solitario y en esa cita tampoco demostró nada que pudiera atraerle al ya sabueso scout, quien a pesar de eso lo convidó a venir a Santo Domingo.
Luego de tanto trajinar finalmente lo firma en 1998 por 15 mil dólares más 7,500 de bono progresivo, pero no quería enseñárselo a los superiores. “Si te ven lo más seguro es que nos voten a los dos”, señala Toledo entre risas.
Incluso, sus primeros años no fueron nada agradables, con mas ponches que hits y llegó un momento en que era buscado en asuntos de cambios y los ejecutivos conocían poco de ese prospecto.
Hoy, Cruz ya retirado concluyó con 464 jonrones, 1,325 remolcadas, un average de .274, estadísticas respetables para el Salón de la Fama, pero sobre él pesa una suspensión por uso de sustancias prohibidas.
ESTILO ÚNICO
Posee un estilo único de observar y evaluar a noveles, con muchos de ellos presenta un extraño “amor a primera vista” que quizás pocos de sus colegas exhiben, pero a través de los años el librito le ha funcionado y de maravillas.