El linfoma es un cáncer de sangre que se inicia cuando un linfocito, glóbulo blanco que combate los gérmenes, muta y se multiplica rápidamente por el organismo.
Según estadísticas de Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante el año 2022 hubo alrededor de medio millón de casos nuevos de linfoma no Hodgkin y 82,409 casos nuevos de linfoma Hodgkin, ocupando el puesto 10 y 26 entre cánceres más comunes a ser diagnosticados ese año.
En ocasión de que cada 28 de mayo se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Sangre, el doctor Stephen Ansell, de Clínica Mayo en Rochester (EE.UU.) explicó las alternativas de tratamientos para este diagnóstico.
De acuerdo con Ansell, el cáncer en los ganglios linfáticos o linfoma se debe a cambios y errores genéticos, mediante los cuales las células empiezan a crecer más rápido de lo que debieran y no se mueren a la velocidad esperada, pudiendo pasar a cualquier tejido del cuerpo.
El hematólogo indicó que la primera medida es analizar la médula ósea del paciente para ver si hay o no hay un linfoma.
“El linfoma es muy diferente de otros cánceres porque vienen de células que son parte de nuestras defensas naturales. En el linfoma pueden estar ubicadas las células en muchas partes a la vez, las células viajan a distintos tejidos como parte de su comportamiento natural”, explicó el galeno.
Tratamientos
El doctor Ansell advirtió que, aunque la mayoría de los pacientes llegan en etapa cuatro, responden muy bien a los tratamientos, en especial si son pacientes jóvenes, con una sobrevida de un 75 %.
“Se trata de mejorar los resultados minimizando los efectos secundarios: utilizando tratamientos que pueden atacar específicamente el cáncer y tener menos impacto en las células sanas y normales del cuerpo”, comentó en un encuentro con periodistas latinoamericanos vía Zoom.
Las opciones no quimioterapéuticas incluyen inmunoterapia, terapia con células CAR-T, terapia dirigida, trasplante de médula ósea y radioterapia.
- “La mayoría responde al tratamiento, el mayor riesgo es lograr que el linfoma se mantenga en remisión”, insistió.
La inmunoterapia utiliza el sistema inmunológico del cuerpo para combatir el cáncer, bloqueando la capacidad de las células cancerosas para esconderse de los intentos del cuerpo de atacarlas. La investigación de Ansell contribuyó al tratamiento del linfoma con la terapia de control inmunológico, medicamentos que ayudan al sistema inmunológico a combatir las células cancerosas sin destruir las células sanas.