Este 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, con el objetivo de concienciar sobre el riesgo del acoso a los niños y jóvenes en las escuelas a nivel mundial, así como buscar los mecanismos para evitar este mal, que en la actualidad, se ha convertido en un peligro para la población infantil y juvenil.
El bullying o acoso escolar es la forma de comportarse o dirigirse a otra persona, ya sea de forma verbal o física, causando un daño temporal o permanente en la víctima. Es un tipo de hostigamiento reiterativo de una o más personas hacia sus semejantes, en los cuales la persona sufre de amenazas, intimidación, manipulación e inclusive, agresiones físicas.
De acuerdo a estudios realizados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), un alto porcentaje de los niños en todo el mundo sufre de acoso escolar. Uno de cada tres, es víctima de bullying.
Se sabe que cuando un niño o adolescente es agredido de manera verbal o física comienza a mostrar una serie de comportamientos bastantes característicos como un bajo rendimiento escolar, síntomas de depresión, baja autoestima y en el peor de los casos, el deseo de atentar contra su vida.
Para muchos padres, el bullying o el acoso, es visto como «cosas de niños», sin embargo, el problema va más allá y requiere mayor compromiso y la participación de todos los entes involucrados.