Para esto sirve la aleta de tiburón que tiene tu vehículo en el techo

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Estamos tan acostumbrados a ciertos elementos de los vehículos que rara vez nos preguntamos cuál es su origen, su verdadera finalidad o por qué se llaman así. Pocas personas saben por qué la guantera y el salpicadero reciben estos nombres, no solemos reparar en la forma de las luces ni el diseño de la tapicería.

Pero si bien muchos elementos de los coches responden a cuestiones meramente estéticas, la inmensa mayoría cumplen una finalidad concreta y tienen una historia y una explicación detrás. En este sentido, ahondemos en el origen y la utilidad de la pequeña aleta de tiburón que lucen algunos vehículos en el techo, ubicada donde otros turismos portan la antena.

Detalla La Vanguardia que este elemento se popularizó en los automóviles en la década de 1960, cuando varios fabricantes las incorporaron a los vehículos de carreras. Nació como un ítem aerodinámico, que reducía la resistencia al viento, mejorando por tanto el rendimiento y la velocidad de los coches de competición.

Precisamente por este origen, comenzó a asociarse con un elemento arraigado a la deportividad y potencia de los coches, extendiéndose así a los modelos de mercado deportivos y de alta gama. En la actualidad, podemos verlo coronando muchos coches de línea deportiva y de lujo, integrado como un elemento de diseño que aporta esa estética más moderna, veloz, elegante, potente y exuberante.

¿Para qué sirve la aleta de tiburón del techo de los coches?
Si bien su principal explicación reside en motivos decorativos y ornamentales, la aleta de tiburón no es un adorno hueco, sino que alberga en su interior la antena de radio y GPS de los vehículos modernos. No en vano, sustituye a las antenas convencionales que llevan en el techo los coches que no cuentan con la aleta de tiburón.

Este es el emplazamiento perfecto para sendos servicios tecnológicos, pues la señal es mejor en la parte exterior y superior del coche que en cualquier otra ubicación, donde podrían darse más interferencias con otros elementos del vehículo. Permite una mejor recepción de la señal del GPS, así como de las emisoras de radio.

Esto no quiere decir que los coches sin aleta de tiburón no cuenten con estos servicios, sino que en los turismos que sí la llevan simplemente se integra dentro de ese diseño de carácter más deportivo. Otro pequeño apunte sobre las aletas de tiburón, es que resultan más complicadas de romper, robar o vandalizar que las antenas convencionales, un punto a favor que siempre es de agradecer.