Yoshinobu Yamamoto y Shota Imanaga lideraron la invasión japonesa de este año al béisbol de Grandes Ligas, luego de su compatriota Shohei Ohtani, que acaparó la atención en el mercado de agencia libre, estos dos grandes lanzadores se constituyeron en grandes focos de atención entre los principales ejecutivos de la liga.
La llegada de Yamamoto a MLB, generó una gran expectativa ya que los números que presentó en sus siete campañas en la NPB (Nippon Baseball League), son literalmente de otro planeta.
Yamamoto, que lanzó con los Orix Buffaloes, tuvo una efectividad de 1.82 con 9.3 ponches por cada nueve entradas, logró 70 triunfos, con apenas 29 derrotas. Ganó el Sawamura, el equivalente al Cy Young del béisbol japonés, de manera consecutiva entre el 2021 y el 2023, además de ser escogido en igual número de ocasiones como el Jugador Más Valioso de la Liga del Pacífico.
Se podría decir, que Yamamoto, heredó la condición de ser el mejor jugador de la NBP de las manos de Ohtani, y no defraudó. En su última salida en Japón, lanzó juego completo en el sexto partido de la Serie del Japón y ponchó 14 hombres para establecer récord en esas instancias en la liga.
Todo lo que se había dicho de él, ha podido ser confirmado en los montículos de los estadios de Grandes Ligas, una recta que roza las 100 millas y una recta de dedos separados (Split finger fastball) con capacidad de sacar de out, al mejor de los bateadores de cualquier alineación.
El derecho de 25 años de edad, no tuvo un buen desempeño en la primavera, en tres salidas tuvo marca de 0-1 con 8.38 de efectividad, permitió 15 hits y nueve carreras limpias, en 9.2 entradas, ponchó 14 hombres y otorgó cuatro boletos, desde el inicio de la temporada regular, las cosas han cambiado y el nipón, cada día se parece más al ganador del Sawamura de los últimos tres años.